Alimentación, cuerpo y mente
A menudo nos encontramos con constantes problemas en la relación con la alimentación y con nuestro cuerpo. Vivimos en una sociedad cada vez más preocupada por los aspectos físicos y la alimentación saludable que hasta cierto punto está bien pero, en ocasiones nos lleva a los extremos.
Lo lógico sería mantener una relación estable entre la alimentación, nuestro cuerpo y la mente, pero a veces, nos obsesionamos tanto con conseguir ese cuerpo que constantemente ponen de ejemplo en la publicidad, que nos ocasiona problemas.
Hay personas que viven a dieta toda la vida, que continuamente se encuentran en la restricción y que a pesar de haberlo probado todo, no logran encontrar el objetivo que se han marcado. Es en este punto donde el psicólogo puede ayudarte a que aprendas a tener una relación sana con la alimentación y con tu propio cuerpo, sin la necesidad de vivir con constantes dietas que solo llevan a la desesperación, al abandono de metas y sobre todo a crear una relación anómala con la comida o con el cuerpo.
Cuando en consulta llegan casos ya sea por querer bajar de peso o bien por haber desarrollado ya un Trastorno de la Conducta Alimentaria, al final nos encontramos con personas que conviven con un castigo diario con su propio cuerpo y que a pesar de haberlo probado todo, solo les lleva a una obsesión constante con este tema, ocupando en nuestra mente casi el 90% de los pensamientos.
Nos bombardean continuamente con las famosas ¨dietas milagro¨, con solucionar o calmar nuestras emociones a través de la comida (comer emocional) y con el objetivo de conseguir un cuerpo 10 o un ¨cuerpazo¨, pero acabamos olvidándonos de la importancia de querer y aceptar nuestro cuerpo dentro de los límites saludables (que es muy importante).
Desde que somos pequeños, usamos la comida como castigo o refuerzo, sin darnos cuenta de la relación anómala que podríamos estar inculcando:
- ¨Si no te lo comes, no juegas con la tablet¨.
- ¨si te lo comes todo, hoy jugamos un rato más en el parque¨.
Es normal que a veces no sepamos qué hacer o cómo solucionarlo, así que lo mejor es contar con la ayuda de un profesional especializado en los problemas derivados de la conducta alimentaria y acudir a talleres donde nos enseñen nuevos hábitos o pautas que nos ayuden tanto a prevenir los trastornos de la conducta alimentaria, así como a mejorar o crear una relación sana y saludable con la comida y el cuerpo. Este nuevo abordaje nos permite disfrutar y no sufrir ante la incorporación de nuevos hábitos y retos.
Patricia Jaenes Amarillo